Maneras de leer el Destino

O lo que pasa cuando te tomas algo a titulo personal

Luego de leer algo publicado por un muy cercano amigo, pensé en responder citando el capítulo "Las Brujas", de Dialogos con Leucó, de Cesare Pavese. Pero, releyéndolo, noté que también hay una cantidad de ideas entre líneas que, al no aplicarse directamente a este caso, pueden ser malinterpretadas. O bien, pudieran servir como "decretos" de una realidad que no deseo proyectar.

Esta reflexión me llevó a una nueva sobre una discusión amistosa que tuve hace unas horas con una amiga, acerca de las distintas lecturas que hicimos sobre una misma película, The Prophecy: yo perdí el miedo a la oscuridad y ella empezó a dormir con la luz encendida.

Recuerdo también una anécdota con Natural Born Killers: al salir de la sala algunos de mis amigos odiaron al director, otros deseaban matar a todo lo que se moviera, y mi hermana y yo estabamos
completamente reconciliadas con el mundo y con la vida. Personalmente, la recuerdo como una de las historias de amor más tierna que haya visto.

Cada quien percibe lo que está preparado para percibir, interpretando eso de "estar preparados" como cada quien desee interpretarlo. El asunto es que podemos enfrentarnos al mismo objeto y, sin embargo, verlo, sentirlo, oírlo, saborearlo, olerlo desde perspectivas distintas. El problema de tener más de dos dimensiones...

Como dice Osho "Todas las verdades son paradójicas, pero no todas las paradojas son verdades."

He decidido que siempre sí citaré a Pavese, pero sólo algo pequeño:
"CIRCE: Ah, qué estupida soy. A veces se me olvida que nosotras sabemos. Y entonces me divierto cual si fuera una niña. Como si todas estas cosas les ocurrieran a los grandes, a los Olímpicos, y ocurrieran así, inexorablemente pero hechas de absurdo, de improviso. Lo que jamás preveo es cabalmente haber previsto, saber cada vez lo que haré y lo que diré - y lo que hago y lo que digo resulta siempre nuevo, sorprendente, como un juego, como aquel juego del ajedrez que me enseñó Odiseo, todo reglas y normas pero muy bello e imprevisto, con sus piezas de marfil. Él me decía siempre que aquel juego es la vida. Me decía que es un modo de vencer al tiempo.(...)
"Sé mi destino, Leucó. No temas."

Para mi la vida es como una obra de teatro, con un guión que nosotros-actores interpretamos para darnos vida a nosotros-personajes y ser observada por nosotros-espectadores.
Y, quien se haya montado sobre las tablas, sabrá que no importa cuántas veces se ensaye una obra, no importa que tan bien te hayas aprendido un papel, siempre hay un "elemento sorpresa", siempre hay una sensación de miedo y de novedad ante la representación... Recitas tu parte y miras al otro, buscando su reacción, esperando su respuesta, que aunque la conozcas, siempre puede adquirir un matiz y un
significado que antes no estaba.
Si te quedas abajo, en el "backstage" -dirección, iluminación, etc-, también percibes que no importa cuanto hayas explicado, regañado, convencido, seducido a los actores, porque siempre existe la posibilidad de que ellos le den una fuerza que antes no tenía. Al final, el actor es una entidad con ideas propias que reacciona ante sus propios estímulos, limpiándose el culo con tus instrucciones.
Como público, en realidad te importa tres pepinos lo que hayan querido transmitir los actores, directores, dramaturgos, etc, etc... Tú vas al teatro para ver tú, para percibir tú, para ser conmovido tú ante una nueva representación de lo que tú ya conoces.

Lo importante no es si sabes o no sabes, lo importante es dejarte llevar por la "magia" del momento presente.

Luego de años en una academia de flamenco, la instructora le dijo a mi amiga: "Ya conoces los pasos. Ahora bailalo". Porque con sólo "saber" no llega "el duende".

Una obra de arte sólo llega a ser universal en la medida en que el artista logró adentrarse en eso suyo tan personal e individual, que tocó -sin buscarlo- aquello que es común a todos los seres humanos.


Tengo la certeza de que "todo está escrito" porque es la Idea más coherente con mi "realidad", porque es la Idea que más me conmueve, la que más me toca, la que es más profundamente mía.
En resumidas cuentas, creo en el Destino porque me da mi regalada gana.
Pero ésta es mi certeza, ésta es mi lectura del mundo, de la vida, de la realidad. La mía. Si alguien más quiere o no compartirla, muy su problema.
No estoy aquí para decirle a nadie como tiene que vivir.
Estoy aquí -como lo dijo Hermann Hesse- para asegurarle a otros buscadores que no están solos.

Y ya.

No soy simple, ni deseo ser complicada.
Me reconozco como un conjunto de puntos sencillos formando un complejo diseño, cuyas múltiples facetas no pueden ser aprehendidas desde una sóla perspectiva... A menos que esta única perspectiva sea tan amplia que pueda abarcar la Totalidad y la Eternidad...
Ya admití que soy una adicta...


Gracias por la dedicatoria y la inspiración ;)