Quería escribir toda una serie de posts que explicaran las razones por las cuales había dejado de escribir aquí.
Pues parece que el tiempo no me rinde, o que definitivamente no tengo ni la más remota idea de cómo administrar mi tiempo de forma productiva.
Pero una de esas que cosas que no se pueden pasar por alto y que se tienen que contar sí porque sí, es lo que sucedió hace un par de semanas, un día en que iba camino a casa, muy triste y pensativa por asuntos varios, corazón incluido.
Poco antes de llegar a casa, antes de pasar por los torniquetes (a veces agradezco a todos los dioses por las colas de los torniquetes xD), veo a un tipo... muy atractivo.
Él miró en mi dirección, aunque supongo que ni siquiera me notó (aunque con estas greñas rojas, habría que ser ciego para no notar mi presencia xDD). Yo me quedé pensando que el tipo estaba muuuy bueno, un moreno con un muy buen cuerpo... Y en eso recordé que lo conocía. JAJAJA. Celebramos juntos un año nuevo, aunque creo que estaba más interesado en mi amiga :P
Lo importante de todo esto, es que recuerdo aquellas últimas frases de mi artículo sobre el sexo, donde decía (espero que en otras palabras, pa que Olafo no me demande por un artículo que ni siquiera me pagó bien) que sin importar que sepas que la atracción sexual es una cuestión de biología para asegurar la supervivencia de la especie, la vaina es que en lo que ves a un espécimen atractivo sólo hay una cosa que deseas...
Y llegué a casa sonriéndome como tonta y riéndome de mí misma por pasar de la melancolía a la alegría sólo por mirar un cuerpo bien hecho...
Claro, que si a ser honesto vamos, el chiste no está en lo que vi, sino en lo que imaginé xP xDDD
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